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vicenteperu

PEDIR CON FE.

PEDIR CON FE.

Hoy voy a hacer un par de comentarios sobre las peticiones a Dios. Como se sabe, lo más importante es pedir con fe; más importante incluso que el que nos convenga o no lo solicitado. También es lo habitual que Dios nos responda por causas indirectas, no suele usar la respuesta por medio del milagro. Se podrían decir otras cuantas cosas sobre la oración de petición pero voy con los ejemplos.

El sábado 7 de septiembre, el Papa pidió una vigilia de ayuno y oración por la paz en Siria y en general en el oriente próximo y todo el mundo. En ese mismo fin de semana se reunían las potencias mundialespara determinar si atacaban o no. En especial EEUU estaba dispuesto (¿deseando?)a hacerlo. Hicimos la vigilia de ayuno y oración (la verdad es que yo si hice ayuno, oré poco y menos fe). Pues bien, al día de hoy no han bombardeado a Siria y las cosas van un poco a mejor. Por supuesto que ninguna potencia se ha dado cuenta de la influencia que tiene la presión de Dios, nadie ha hablado de ello. Los medios de comunicación solo dan explicaciones políticas, pero ya sabemos que el mundo está ciego para la fe y aún la oculta.

 

En España ya practicaba la petición a través de las peregrinaciones, casi todas nocturnas y con un éxito enorme. Aquí también lo he practicado tres veces. Como las referencias concretas pueden ser peligrosas, sólo daré algunas pinceladas.

La primera fue hace cinco años al Señor de los Milagros de Lima. Yo me sentía separado y aún enfrentado al profesor de religión de un colegio donde siempre nos habían dejado hacer actividades y aún invitar a chicos, pero creía que me trataba mal, que la cosa había cambiado y aún que me hacía injusticias. Pensaba pedir al Señor de los Milagros que cambiase la mente del profe. Hay que empezar la peregrinación con un planteamiento en toda la regla: un buen rato de silencio para precisar lo que voy a pedir, para “llorarle” para que lo conceda y para pensar que voy a poner yo de mi parte. Luego viene la peregrinación rezando el rosario y todo lo que haga falta. Pues bien al empezar el planteamiento ya “me hizo darme cuenta” que lo que tenía que pedir no es que cambiase el otro, sino que cambiase yo para que así se diese la empatía (ya estaba hecho la mitad del milagro). Eso es lo que pedí y todo mejoró notablemente.

Las otras dos peregrinaciones las hice a la Virgen de Chapi. En una de ellas pedí por mi amigo Wili. Era el responsable fundamental de la Milicia y se veía que la cosa no iba nada bien. Aparecían demasiadas divergencias de criterios y se necesitaba un milagro. Entendía que la solución era que se remodelase su mente para llegar a la identificación total de criterios con la Milicia, pero lo que nos concedió la Virgen fue que se arreglasen las divergencias  por otro medio. Los problemas fueron creciendo y en algún momento él decidió irse (y nosotros le ayudamos un poco). Con él se fueron casi todos los muchachos. Los militantes nos quedamos bastante solos y tuvimos que empezar casi de nuevo, pero con coherencia interna. Practicando el no cansarse nunca de estar empezando siempre.

La tercera peregrinación es más difícil de contar sin revelar la persona implicada, así que lo dejaré.

En la foto una imagen del Señor de los Milagros en Lima. Por cierto, lo que se ve al fondo es una pared de adobe, adecuadamente adornada y apoyada con otras paredes. Lo que pintó un negrito es la cruz con el Cristo. Lo demás se añadió después 

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