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vicenteperu

ESTUVE EN LA CÁRCEL

ESTUVE EN LA CÁRCEL

 

Evidentemente no me internaron a mí, sino que estuve visitando a un conocido que llamaremos Wili. Wili no me es muy amigo pero su hermano sí, así que me pareció oportuno apoyarle en este trance desagradable. El sábado había estado tomando (emborrachándose) con unos amigos, y en esta situación hicieron algo realmente malo, así que les cogió la policía y les llevó directos a la cárcel. A la semana siguiente iban a ir a visitarle unos familiares y yo me uní a ellos. Los domingos pueden ser visitados por hombres y los miércoles por mujeres.

Llegamos más bien tarde y había una cola inmensa, un poco más corta que las de port-Aventura, que son las más largas que conozco, pero avanzaba más despacio. Se les pueden llevar algunas cosas como fruta, arroz (tienen la posibilidad de cocinarse), papel higiénico y alguna cosa más con lo que en los alrededores de la cola había un montón de puestecitos vendiendo todas estas cosas. No se podía entrar con pantalones cortos y los que los llevaban (es verano) se fueron a un tenderete donde por 2 soles, dejas los tuyos y te dan otros que luego devuelves. Para que puedan ser utilizados por diversas personas eran bien grandes y el usuario se arremangaba las perneras a su gusto para que no arrastrasen por el suelo. Al llegar a la puerta nos ponen un número en el brazo con un rotulador. Dentro de poco se convertirá en algo así como el carnet de identidad.

Al poco llegamos a otra cola donde te daban un papel que tenías que rellenar con tus datos, el color de la ropa que llevas, etc. Para los que se les daba mal escribir, había un grupo de jóvenes para ayudarles, pero no eran de ninguna parroquia ni ONG, sino que te pedían la propina. Al menos dos soles. Llegas con él a un guardia que te lo revisa y si tienes algún tachón o cualquier otro defecto te pide que lo repitas y te tienes que poner otra vez a la cola. El pardillo poco cuidadoso lo arregla con una coima (2 soles). Allí te ponen un sello en el brazo por el método de mojar en un tampón y estampártelo.

Luego se pasa por otro control. Yo todavía no había pagado nada, pero como ahora todo el mundo lo hacía, di un sol al guardia correspondiente

Ahora pasas por otro donde pones las huellas dactilares en la hoja que todavía tienes en tus manos con tus datos y los del preso al que visitas y te ponen nuevo sello. En cada uno de estos controles siempre hay algún visitante que no cumple bien alguna norma y para no tener que volver para atrás, nueva coima. El método, pero en mayor cuantía, también sirve para que un guardia te acompañe y de su mano te saltes un par de colas.

A los jubilados también les dejan saltarse todas las colas. En todos los sitios del Perú es así. Yo no lo puedo utilizar porque voy con los otros.

A continuación otro sello y luego te cachean todo el cuerpo.

Cada control o actuación de éstas está precedida de una cola, con frecuencia al sol. A estas alturas llevamos más de dos horas de espera, pero todavía no es el final. Pasamos por una zona en la que nos recogen nuestro papelito y nuestro DNI y nos dan una chapa de bronce con el mismo número que tenemos puesto en el brazo desde el principio. Allí si que era obligatorio dejar un sol a los policías.

Al acabar accedimos a un recinto donde se acababan los policías y empiezan los presos.

En la foto aparezco con el brazo extendido y en él se ve el número que me pusieron y tres sellos, cada uno con una forma distinta. El primero con la de un chanchito

 

1 comentario

Juan Kusikuna -

¡Bienaventurado, Vicente! Porque estaba preso y me visitaste. Pero, si además, el preso es un joven, doble bienaventuranza. Que sigas tan joven y tan de Jesús.