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vicenteperu

NO QUEJARSE: LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA

NO QUEJARSE: LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA

 

Una de las asambleas del campamento de Arequipa se dedicó al no quejarse, con un título que decía algo así como, no quejarse, pero modificar mi entrono para que duela menos. La teoría es clara, No quejarse, pero no ser tonto y arreglar las cosas que van mal y no callarse de manera cobarde. El equilibrio entre la austeridad, el amor y justicia.

A los dos días llegó la práctica de la segunda parte, que es la que menos se suele tratar. Ascendimos por un arroyo de aguas cristalinas y hacia su nacimiento  se estrechaba el cauce hasta ocho o diez metros y por las paredes de piedra sillar había unos nacimientos de agua preciosos, en forma de cascadas, con un  para de lagos que ocupaban casi todo el ancho. Había allí dos parejas adultas y uno de los señores no dijo que no podíamos bañarnos, ni pasar, ni nada, por que era de su abuelo, era un terreno privado y ellos no nos daban permiso. Al final, nos dejaron cruzar por el camino pero no detenernos ni bañarnos. Yo iba cerrando la fila y no me enteré del tema. A la vuelta me lo dijeron y los razonamientos no me convencieron, con lo que cuando llegamos le dije que nos pensábamos bañar. Él repitió los argumentos y yo le dije que el agua era de todos y lo mismo las orillas sabía que así era en España, y me imaginaba que también sería en Perú).

–No es así, son privados y además usted no es peruano.

–No lo soy pero todos estos si que lo son y podemos bañarnos.

Siguió la discusión y al final nos fuimos sin bañarnos.

Ahora el problema: en un campamento formativo, esa discusión mantenida por el jefe de forma explícita y contundente, ¿era oportuna? En la siguiente reunión les pedí a todos que pensasen y tomasen posturas personales sobre lo conveniente o no de mi actuación, pues no se pretende formar hombre iguales sino con juicio propio y autónomo. Entre los datos que me pareció que convenía resaltar era que él no me faltó nunca al respeto ni yo a él. Creo que la mayoría pensaba que yo me había pasado un poco.

Acabado el campamento fuimos a visitar a las carmelitas de Arequipa. A la salida había varios despachos de abogados al estilo arequipeño: un patio interior de una planta lleno de habitaciones en cada una de las cuales, un abogado a o dos atendían las consultas y cobraban por ellas. Yo me metí al primero que me pareció, pregunté los honorarios -30 soles- y le hice mi consulta. Efectivamente en Perú como en España, las aguas y las riberas son del estado y técnicamente él había cometido un delito al impedirme ejercer un derecho (delito pequeño, pero delito). No me cobró nada, Juan Luís le regaló unos dulces de las carmelitas que llevábamos y nos fuimos tan contentos. Además resultó que su ayudante tenia una chacra en ese arroyo.

¿Qué hacer ahora? El señor de la discusión me había dicho que aquello estaba preparado para un circuito turístico pero la empresa no había prosperado y me dio el teléfono de la responsable, que supuse familiar del dueño. La intenté llamar allí mismo y no pude por falta de cobertura, pero a la vuelta al campamento la llamé y no estaba en casa. Luego otra vez y tampoco y después de la información, otra, para “aclararles” la situación. Y… mi interlocutora fue totalmente amable, creo que no se enteró demasiado de lo que la dije y sin embargo me explicó sus esfuerzos por el circuito turístico, sus deseos de mejorar la zona, las dificultades… yo la escuché como corresponde a lo que soy y al final me pidió el correo para escribirme. Alabado sea Dios que acabó todo tan bien.

Por cierto nos fuimos a bañar a otra zona, menos bella, pero con amplias y vedes riveras, que al no estar encañona por altas murallas, tenía sol y … y … y … Alabado sea Dios.

 

1 comentario

Angel -

Como mi estilo Vicente,un poco reivindicativo, no esta de mas pelear las cosas y mas cuando te parecen que estan mal hechas, mientras se haga con respeto y humildad. Un abrazo