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vicenteperu

Ahora soy un peruano nacido en España.

Ahora soy un peruano nacido en España.

 

El viernes me entregaron el diploma por el que ya soy peruano. Un peruano que ha nacido en Guadalajara, España. Realmente no he perdido la nacionalidad española. Ahora soy las dos cosas. Los españoles y sólo ellos, tienen derecho a la doble nacionalidad tras dos años de estancia legal en Perú (no de turista). Poco después de cumplir ese periodo, presenté la solicitud y “solo” han tardado un año y tres meses en concederla. (Los de otras nacionalidades pueden adquirirla por otros motivos como por casamiento, y el derecho es recíproco para los peruanos que viven en España).

El ser peruano, creo que es parte de mi vocación. Nunca me consideré misionero sino más bien un señor que va a trabajar a otro país ¿emigrante? y allí desarrolla su puesto de trabajo y mientras labora intenta ser santo y hacer algo de apostolado. La verdad es que no es exactamente así pues no vine por motivos de tener hambre y buscar mejor sueldo y que como ya estoy jubilado, no trabajo en sentido estricto, sino que más bien me dedico a tiempo completo a cosas de Dios (a vivir bien). Pero creo que en el formato estándar donde mejor encajo es en lo dicho antes.

En todo caso no vengo aquí como uno de fuera que ayuda espiritualmente a los peruanos y luego se vuelve a su tierra. Yo quiero ser uno de aquí. Nunca llegaré a serlo totalmente como si me voy a Sevilla, siempre me faltará algo de su idiosincrasia y de su gracia. Pero en ese camino voy.

Hacia el 2004, cuando vino el Papa Juan pablo II a Cuatrovienteos, yo estaba sumergido en una crisis de identidad social. Como decir y sentirse español era de “facha”, estaba un poco confuso. En el aeropuerto había multitud de banderas: de las diversas regiones españolas, de otros países y también de España. La roja y amarilla de siempre, a veces con toro. También estaba la del Vaticano en pequeños banderines. Allí me llego mi definición: Yo soy español y del mundo mundial. Lo escribí en una banderita y la puse en mi armario durante un buen tiempo. Y esa es mi definición, incluida la leve pincelada de humor.

No soy hincha de ningún equipo y me parece ridículo eso de que si el gol lo ha metido mi equipo, es maravilloso y si lo mete el contrario ha sido con falta y en fuera de juego y además tienen el árbitro comprado. Por eso en mi condición de ciudadano del mundo, si una cosa la hacen mucho mejor los del Congo que los españoles, pues habrá que decirlo sinceramente. Si se vende una cosa hecha en el Congo y la misma echa en España al mismo precio o parecido (hasta un 10%), compro la española. Y eso si que lo intentaba practicar. (También hacía distinciones entre mi actual región y “otras” regiones, en especial algunas). Creo que eso es un aparte de ser Español y del mundo mundial.

En estas condiciones, cuando me dijeron que me viniese a Perú, no me supuso un salto afectivo importante. Iba de España al Mundo. Como además también hablan castellano, pues todo redondo.

Gracias a Dios la parte afectiva funcionó correctamente y nada más bajarme del avión ya me integré como si fuese peruano de toda la vida y no me gusta la gente española de aquí, para la cual el ser también español es algo muy importante.

Evidentemente que si después de una temporada me tengo que ir a Colombia, intentaré sentirme colombiano desde el principio.

Una parte importante de esta forma de pensar se la debo a D. Francisco San José, que fue el sacerdote que me llevó a los scout y me puso en el carril de Dios. Por cierto es una lástima que le haya perdido la pista totalmente. Si alguien sabe de él, que me avise. Tendrá unos 80 años y era de la diócesis de Toledo

En la foto el diploma que me hace peruano

2 comentarios

MANUEL -

Muy bien hermano, enhorabuena y yo también creo que tu enfoque es el correcto.
Buena suerte y salud para continuar con éxito tu vida en Perú

José Miguel -

Hola Vicente, en la misma línea ayer leía sobre la Madre Teresa una de las declaraciones que hizo sobre sí misma: "Soy albanesa de nacimiento. Soy de nacionalidad india. Soy monja católica. Por lo que hago, pertenezco al mundo entero, pero mi corazón pertenece por completo a Jesús".
Así que no debe ser malo coincidir con Madre Teresa...
Un abrazo.