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vicenteperu

ACTIVIDAD CON LOS NIÑOS DE UN ALBERGUE 2/2

ACTIVIDAD CON LOS NIÑOS DE UN ALBERGUE 2/2

LA ACTIVIDAD

La misa es a las 8 pero hay un chiquito que no sabe ir a la iglesia y quedo con él en el hogar a las 7:30. No llega. Llamo a su mamá y al rato me dice que lo lleva su marido, que es un poco tímido… y efectivamente, llega a mitad de la Misa. Mientras tanto yo me fui a la Iglesia. A las 8 sólo estábamos Pepe y yo, pero no hay problema. Poco a poco fueron llegando los demás y realmente no empieza hasta las 8:13. Llegan todos menos dos: llamo a uno y se había puesto enfermo. Del otro me dicen, que había aparecido por la Iglesia y se había ido; me supongo que como estábamos adelante no nos vio a la primera ojeada y se fue. Llamo a su casa y había salido hacía tiempo, pero no había vuelto. Como es muy decidido se fue sólo al albergue.

Acabada la misa y estamos un grupo bien variopinto. Vayamos de los de mayor edad a los de menos.

El mayor soy yo. Luego Alex que viene a apoyar hasta la 1 de la tarde. Wili, universitario muy entregado que lleva pocos meses. Uno de 15, nuevo, otro nuevo de 14, pepe de 13, Raúl de 13, Quico y Brayan de 12.

No nos podemos lanzar a directamente a la aventura. Lo primero es estructurarles, aunque lleguemos tarde. No somos las ovejas de un rebaño sino que cada uno tiene su sitio. Nos retiramos a una sombrita y vamos distribuyendo trabajos, complementando lo que ya iniciamos la tarde anterior. Todo el mundo tenía algo que hacer. Creo que esto fue la clave del éxito.

Unos se van a por las andas y la imagen y los otros en autobús al albergue de jóvenes. Llegamos a las 10. Hay más de 20 niños entre los 8 y los 13 años. Les saludamos ultimamos los detalles y llega el taxi con las andas y el cuadro del Señor de los Milagros. Salimos a la calle y empiezan a funcionar las responsabilidades. Uno arma la megafonía, otros se encargan de alistar las andas, otro de recoger los alimentos que hemos aportado, otros cuatro son los primeros en cargar las andas, un tercero se alista para hablar en la primera parada… Esto funciona. No conseguimos que fuese algo organizado en dos filas, sólo llegamos a un enjambre en torno a la imagen. Lo que más se toman en serio es portar las andas. Con toda ceremonia se las suben a los hombros, llevan el paso acompasado y los responsables van diciendo ahora ustedes cuatro, ahora los otros…

Luego llega el partido (no es lo esencial pero lo parece) hacemos dos grupos: grandes y pequeños. Ya había tres que se encargaban de los pequeños, se los llevaron a una canchita y punto. Otros se encargaron de los mayores. Deporte. Esta vez no tuve que jugar mucho tiempo de portero, pude jugar de defensa y un poco adelante. Como de costumbre lo mejor que hago es acercarme al mejor de los contrarios y anularle. Al principio no lo consigo, pero en cuanto le cojo el tranquillo, no llega a hacer nada. Al final le dejé un poco para que se divirtiese y no me cogiese rabia.

Tras el deporte un conversatorio. Yo dejo el campo para que otros se dediquen a los mayores y  me voy con los pequeños. Su psicología no admite la reunión  y les cuento una historia bien bonita (David y Goliat) y un cuento de terror.

Empieza el almuerzo, al que nos invitan. De pronto uno de los nuestros aparece repartiendo galletas a todo el mundo. Era el encargado de ello y yo ni me acordaba.

Pasamos directamente a la capilla (pequeña sala con una banca menos de las necesarias y unos carteles pegados en la pared) y rezamos algo del rosario a la Virgen.

En cuanto acabamos, los niños del albergue ya tienen distribuidas sus funciones: Los que lavan las vajillas, los que barren,… Mientras tanto nosotros nos reunimos para evaluar la actividad y antes de las 5 ya estábamos en el Hogar

 

MI CONCLUSIÓN

Llego a mi casa que esta a media hora de autobús, meriendo un poco y me encuentro muy muy cansado. Mucho más que de costumbre. Supongo que debido al futbol y al sol. También habrá influido la preocupación por el control de la actividad. No sé, pero me encuentro mal y aunque sea media tarde me voy a echar a la cama. Al momento de descalzarme me acuerdo: ¡a las 5:30 empieza la reunión con los adultos del Coloquio de Santa María! Para mí, eso de la responsabilidad y el no causar perjuicios a terceros es importante, así que me tomé una vitamina C, un vaso de café y me fui en taxi a la reunión.

Pero el organismo tiene sus leyes. Supongo que, ante todos, tuve un comportamiento normal, pero poco a poco me parecía que subía la fiebre. De vuelta a casa estaba por los suelos. Me dolía todo, estaba incómodo, tenía fiebre... No cené, me fui a la cama y …no dormí. En el centro de Arequipa pasé una noche toledana.

Con el paso de las horas se fueron regularizando todas las funciones y después de una visita al baño quedé casi como nuevo. Esperando la próxima oportunidad de decirle a Dios con los hechos, que le quiero, que estoy dispuesto a seguirle aunque sea a rastras. Nota: Por supuesto que estas son las palabras bonitas  que dice el espíritu, porque, gracias a Dios, la realidad es mucho más baja.

 

Las fotos corresponden a niños de estos hogares, pero de otros años.

1 comentario

MANUEL GUILLEN -

Cuidate Hermano.
un abrazo muy fuerte