Blogia
vicenteperu

CAMPAMENTO EN MEJIA

CAMPAMENTO EN MEJIA

     Como ya os dije, la semana pasada he estado de campamento en Mejia en una playa al sur del Perú. Como estos escritos corresponden a la petición “ya me contarás las cosas que te pasen” de mis amigos, sólo debo narrar los extremos interesantes y curiosos.

     El campamento lo organizaba CIRCA (Círculos Católicos de Arequipa), una asociación que se parece al Círculo Católico de Burgos pero que sobre todo es educativa, de colegios en los barrios extremos y de atención a los niños con más problemas, aquéllos que “no pueden ser atendidos por sus padres” y de estos atiende a unos 350 en seis residencias. El campamento estaba dirigido a chicos de 15 a 17 años, pero como se inscribieron pocos  aprovecharon para dar unas vacaciones a un grupo de estos jóvenes que viven todo el año en los internados. Yo fui porque me invitó Luis, el que lo dirigía, que a su vez es profesor en unos de los colegios de Circa.

    Estuvimos en una casa al lado de la playa, algo así como los locales de una colonia, pero en austero. Esa es la nota que quiero comentar aquí. La foto corresponde a los dormitorios. Como veis las literas son de a tres y las cabeceras y pies, son de cemento y el somier, de tablas, pero sin colchón. Los chicos debían traerse entre su ajuar, una frezada (una manta), pero no para abrigarse, sino para ponerla encima de las tablas a guisa de colchón. Como la edificación lleva unos 40 años, el largo de las camas está pensado para los peruanos de entonces y es de 170 cm. Cuando me ponía cara arriba, me daba justo la calva en una pared y los pies en la otra. Habrá pocas personas de Perú que actualmente duerman en estas condiciones pero a ellos les parece pedagógico esta austeridad y alguna vez que propusieron poner colchones y otras comodidades, hubo una corriente importante que se opuso porque entendían que era rebajar el nivel formativo. Pero no os penséis que esto es por la juventud de los participantes, antes hubo un turno de mujeres y después de nosotros llegó otro de hombres y todos dormían igual.

     La verdad es que a mí me pareció que estar siete noches en esa cama podía ser excesivo para mis 60 años. De joven dormí en el suelo en varios campamentos y después lo he venido haciendo en algunas acampadas, pero pedí una excepción y la primera noche dormí con colchón y a partir de la segunda me dieron una habitación con servicio incluido, además de los que yo siempre había soñado cuando pensaba ser pobre (austero). En  el mismo plato iba la taza del retrete y la alcachofa de la ducha. Fuera del plato, el lavabo. Luego me enteré que era la habitación que usaba el P. Pozzo, el Jesuita que fundó esta institución. Toda la casa estaba montada con estos mismos criterios. Ahora se están planteando modificar un poco estas austeridades. Por último dos comentarios: cada uno nos teníamos que llevar: vaso, plato y cuchara, no hacía falta ni el tenedor ni el cuchillo (la comida es fundamentalmente vegetariana), todos los suelos eran de cemento o de tierra.

    Podría comentar algo de las extensas playas de arena, del clima de una zona tropical, de la psicología especial de los niños con problemas familiares extremos, pero lo dejo para otra vez.

    Cuando os escribí en la despedida os dije que el que quisiese me daba una foto y yo la tenía delante durante una semana para acordarme de él y pedir por él. Con las que me dísteis hice una especie de baraja y voy sacando las que han caído delante y luego las guardo al final. Como tengo muchas, he decidido ponerlas de dos en dos y por el orden que salgan. Esta vez tengo la de Pachi Fernández Ortega en un fiord noruego y la de Marisa Ceinos y Lorenzo, en la jubilación de ésta. Antes tuve la de la familia de Dani Nebreda y Amadeo Corral/Piedad, otra semana la de mis vecinas/os y una de las dos placas que me regalaron, y más atrás no me acuerdo.

    Este miércoles empiezo a dar una tanda de ejercicios junto con José María. Esperemos que los jóvenes ejercitantes no salgan corriendo.

1 comentario

isabel -

Hola Vicente: Soy Isabel García, tu alumna y compañera de matemáticas. Quisiera conocer tu correo web para escribirte. Sentí mucho que te fueras sin despedirme de ti . Besos