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vicenteperu

EL DESFILADERO

EL DESFILADERO

   Queridos amigos:

   Como os voy contando algunas de las cosas más importantes que me van pasando, no tengo más remedio que escribiros las de la semana pasada.

   El fin de semana del domingo de Ramos organizamos una fiesta por todo lo alto: había sido el cumpleaños de Luis Ancco (peruano de pura cepa) y de José María (español reconvertido). El sábado hubo un círculo extraordinario, a continuación rosario en la capilla y la gran celebración, incluyendo tarta, ping-pong, fútbol soplando, escenificaciones y el famoso negro que se tira del labión. Cenamos en el hogar y el domingo nos fuimos a Misa y luego de caminata (excursión) a las cataratas de Yura. El viaje de aproximación es el típico de las combis de esta tierra. En la mini reunión inicial nos proponemos mejorar durante el día en un aspecto: no quejarse. Iniciamos la marcha y llegamos a un desfiladero del tipo de La Yecla, sólo que un poco más ancho y se anda por el borde del rio. En total éramos unas 16 personas. En un momento en el que pasábamos por una roca no sólo vertical sino en extraplano, se desprendió un trozo de ella y cayó a plomo, dando a un chico en la cabeza y a otro en la mochila. El primero falleció al instante. Aparentemente  el otro estaba parecido. Yo le grité “Señor, ten piedad” y él lo repitió. Luego le grité otras jaculatorias y me siguió contestando hasta que se recuperó lo suficiente para poderle pedir que moviese las piernas y las manos. Como vi que se movía entendí que no tenía rota la columna y procedimos a evacuarlo. A los 20 metros ya no pudimos más y estuvimos con él hasta que dos horas y media después  llegó la policía de alta montaña con dos camillas y tras media hora de caminata, los llevaron a un sitio a donde se podía acceder con carro.

   Este joven, se llama Alex y es amante de las matemáticas, tiene 25 años y tras de pasar 8 días en el hospital le dieron el alta para seguir en la cama, pero sin suero ni inyecciones, otros 15 días. Como no tiene familiares que le puedan atender, está en el hogar, viviendo con nosotros.

El fallecido se llamaba Jean y estuvo en el campamento de Circa al que yo asistí. Fuimos tres a dar  la noticia a sus padres. Es un momento muy difícil y para ellos, terrible, al ver la madre que el hijo al que esperaba, ya no va a volver. Reaccionaron de una forma maravillosa basada en la fe. Estamos en las manos de Dios. El mundo es así y así hay que asumirlo. Un aspecto que les confortó mucho es saber que por la mañana había comulgado y por tanto estaría en el cielo. “¿de qué nos valdría tenerle más tiempo si después se condena?”

   Lo siguiente os lo podéis imaginar. Por supuesto que tras la primera reacción, su muerte nos ha unido a todos un poco más. Ahora estamos preparando una Misa precedida de una proyección de las fotos que tenemos de él. El martes estuvimos en su casa donde nos enseñaron su habitación. Sus padres querían que la viésemos para que conociésemos un poco más como era Jean. Dentro de unos días la reharán, según los proyectos que ya tenían. Desde el principio renunciaron a cualquier acción legal. Nosotros, también hemos intentado ser generosos y desde luego darles más de lo que hubiesen podido obtener por un juicio, y al toque, no al cabo de cuatro o cinco años.

   La foto corresponde al fútbol soplando, de la celebración de los cumpleaños

2 comentarios

Gonzalo -

Hola Vicente. Me has dejado de piedra con lo que has contado. Mucha fuerza y ánimo.

Manolo -

Hola Hermano; vaya un relato espeluznante el de esta excursión, ¿No os arriesgáis demasiado?¡Vaya trago para los padres y para vosotros!
Respecto a los terremotos, a mí me pilló uno en Santiago de Chile y aunque no causó víctimas mortales, yo me llevé el susto de mi vida, pues estaba durmiendo en el piso 15 ó 16 del hotel y cuando me despertó el ruido que hacía y me di cuenta que era un terremoto me quedé totalmente estupefacto. Menos mal que duró pocos segundos más pero imaginate si hubiera sido más serio. Ya te contarán allí que hay que salir a la calle o ponerse bajo el dintel de una puerta, que es lo que yo hice por hacer algo porque a la calle no me daba tiempo a llegar ni loco.
Bueno cuidate y riesgos los justos. UN ABRAZO