ES UN CRIMEN, NO QUIERO
Si yo hubiese vivido en la época nazi quisiera haber levantado mi voz contra las injusticias. En la actualidad, unos a otros se acusan de no haber luchado suficientemente contra los asesinatos de Hitler. A parte de otras consideraciones como los 7 millones de asesinados de Stalin o los 6 millones de muertos de hambre de Mao, (todos legalmente, como en el aborto) no quisiera quedarme yo sin levantar la voz ante los millones de niños no nacidos que son asesinados.
Hace poco una amiga mía dio a luz (cesárea) a un niño de 8 meses que me parecía igual que los nacidos de 9 que he visto, algo mas pequeñito y con los ojos más cerrados. Pues si su hermana, que quedó embarazada en la misma época y que tenia dentro un “ser vivo” igual fuese a abortar en mi España querida o al pías paladín de las defensas democráticas: EEUU, la habrían dejado y si alguien intenta impedírselo, habría sido sancionado por la ley.
Yo quiero levantar la voz diciendo ES UN CRIMEN, NO QUIERO.
Se que el problema es difícil. Ya sale en la didache, especie de catecismo católico del siglo I, “nosotros no matamos al niño en el seno de la madre”. Luego el tema es viejo. Tampoco se apoya nada a las madres en problemas, ni se considera la opción de tener el niño y darlo en adopción (si que se hace algo en estos sentidos).
Por último hay una secuencia perversa: “No se si existe la felicidad pero si existe el placer. Cuanto más sexo, más placer. Hay que potenciar el sexo, pero “seguro”, con anticonceptivos y cuando el método falla… La muerte (del niño, no de los padres). El progreso pide: mejores anticonceptivos, abortorios más baratos y menos amor”
En la foto, la operación de un niño dentro del seno materno. Saca la manita por el agujero y agarra el dedo del doctor
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Alex -