La transfusión de sangre de Llama y Alpaca
El viernes me puse una transfusión de sangre de llama y alpaca.
Entiendo que si vine a Perú es para ser peruano. Uno de tantos y uno entre tantos, pero que lleva a Jesús en su corazón y de ahí irradia la fe y el amor hacia todos los de mi alrededor. Esto me ha quedado bonito, aunque sea totalmente falso. Simplemente es mi ideal de Cruzado pero como soy un indigno Cruzado de Santa María, no llego ni de lejos, entonces miro a la Virgen y me sonríe y sigo.
Dejando estos comentarios piadosos y reales, les explico mejor lo de la transfusión. El principio del artículo es tal cual. Yo soy ciudadano del mundo que antes estaba en España por voluntad de Dios. Ahora me quiere en Perú y yo, cambio. No voy a decir a que país quiero más pero aquí tampoco me lo preguntan. Entienden que se puede ser buen peruano y al mismo tiempo buen español y por eso admiten la doble nacionalidad. España es el único país que la tiene. Por ejemplo entienden que no se puede ser al mismo tiempo buen peruano y buen chileno y, salvo temas de matrimonio o análogos, no conceden las dos nacionalidades.
Con dos años de residencia legal (carné de extranjería) ya tienes derecho a ella. Yo los acabo de cumplir y con la ayuda de mi hermano para conseguir los papeles, presenté toda la documentación el viernes pasado. El trámite es lento y pasa por su publicación el boletín oficial de aquí, pero espero que antes de un año ya tenga el DNI peruano y el español.
En todo caso se distingue a la legua mi tono de voz, el color de la cara y sus rasgos, con lo que al toque todos me llaman “padresito” y por supuesto están seguros que soy de España, así que encargué un para de transfusiones da sangre de alpaca y de llama para identificarme más con la tierra. Como los de aquí no tienen calva espero que por lo menos me sirvan para aliviar este tema.
1 comentario
MANUEL -
Un abrazo