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vicenteperu

No pedir de rodillas que nos clericalicen

No pedir de rodillas que nos clericalicen

El otro día leí que el Papa había hablado hace un par de años sobre el clericalismo. El texto decía concretamente: “Hay un problema, lo dije otras veces: la tentación de la clericalización. Los  curas tendemos a clericalizar a los laicos. No nos damos cuenta pero es como  contagiar lo nuestro. Y los laicos --no todos pero muchos- nos piden de rodillas que  los clericalicemos porque es más cómodo ser monaguillo que protagonista de un  camino laical. No tenemos que entrar en esa trampa, es una complicidad pecadora. Ni clericalizar ni pedir ser clericalizado. El laico es laico y tiene que vivir como laico  con la fuerza del bautismo, lo cual lo habilita para ser fermento del amor de Dios en  la misma sociedad, para crear y sembrar esperanza, para proclamar la fe, no desde  un púlpito sino desde su vida cotidiana. Y llevando su cruz cotidiana como la llevamos todos. Y la cruz del laico, no la del cura. La del cura, que la lleve el cura,  que bastante hombro le dio Dios para eso”.

 

Me paré a pensar que sabía yo del clericalismo y como solo tenía ideas confusas, me fui al diccionario que dice: es la doctrina que instrumenta una religión para obtener un fin político; defiende que el clero, que representa dicha religión, debe tutelar los asuntos públicos y profanos como un poder que los dirija, supervise y corrija conforme a sus dictados.

Luego pensé un poco y creo que lo entendí.

El clericalismo al que se refería el actual Papa Francisco consiste en que las autoridades religiosas asuman la dirección de actividades o asociaciones que están en un campo que pertenece fundamentalmente al mundo seglar, como: el sindicalismo, la lucha por la justicia, la defensa de la naturaleza, la lucha por la vida, la difusión del evangelio incluso de forma asociada (ver nota) u otros ejemplos más sencillos como la actuación de un persona concreta en su ámbito laboral o familiar. El clericalismo que piden de rodillas los seglares es que en lugar de arriesgarse ellos a formar algo en defensa de la naturaleza esperen o exijan a la Iglesia que lo organice, para, en el mejor de los casos, sumarse ellos al esfuerzo

Voy a poner algunos ejemplos de “religiosos” clericalizantes y de fieles que piden de rodillas que les clericalicen y otros de buenas prácticas.

Cuando llegué a Burgos, hace mucho, quise pedir un favor material a una asociación religiosa. Estuve buscando contactos y cuando me informaron adecuadamente me dijeron que el método no era intentar convencer al presidente. Eso no era productivo. Era al consiliario al que había que conquistar.

Cuando armamos la asociación de profesores APTA, que pretendía mejorarnos pedagógicamente, fomentar la amistades con actividades de tiempo libre y propiciar la vida cristiana, de forma espontánea pensamos registrarla civilmente, como una actividad de ciudadanos que también son cristianos. Así lo hicimos  y ha funcionado. Hubo bastantes personas que pensaron que debíamos haberla hecho bajo el manto de la iglesia y ponerla bajo la autoridad del obispo (los que seria clericalismo). Evidentemente en muchas actividades nuestras pedíamos a un sacerdote que fuese él el que las dirigiese, como los retiros.

En tiempos había sindicatos católicos, creo que bajo la autoridad de la iglesia.

Si una persona tiene problemas familiares que resolver, puede ir a su confesor o director espiritual a pedir orientación, pero la familia es suya, el responsable es la persona y no puede actuar “por obediencia a su confesor”. Se informa, y actúa corriendo  el riesgo de acertar o equivocare con la fuerza y recibida en su bautismo.

Supongamos… Si tienes tú otro ejemplo, puedes añadirlo

Tema distinto son las actividades que tocan directamente al culto. Por ejemplo la Misa es esencialmente un acto comunitario, donde hay unas normas que seguir necesariamente y donde el sacerdote preside y en algunos momentos actúa en persona de Cristo. El papa es el vicario o representante de Cristo, no el representante/elegido del pueblo.

Esto es una llamada a la responsabilidad. Mis problemas me los tengo que resolver yo y como soy sensato busco asesoramiento en lo que ignoro, pero solo asesoramiento, no dirección para eludir mi responsabilidad. Y mi obligación de difusión del Evangelio, me la tengo que resolver yo, evidentemente con las ayudas necesarias para hacerlo bien.

 

Nota. Ya hace 50 años, que el Concilio Vaticano dijo que los fieles laicos tienen derecho a asociarse libremente para la difusión del evangelio, las obras de caridad y algunas otras cosas más. Derecho que   “viene  de fábrica” recibido en el bautismo. Lo que hizo la Iglesia es reconocerlo. Tampoco tiene por qué necesitar ni pedir la bendición de la jerarquía para estas actividades, aunque siempre es conveniente pedir consejo. Otro punto más peliagudo es como armonizar  este derecho con la obligación que tiene el obispo de coordinar el apostolado de su diócesis que se corresponde con la obligación que tenemos los seglares de dejarnos coordinar.

 

La foto corresponde a un viacrucis en el pueblo de Uchumayo. Salimos a las 5 de la mañana y llevamos la cruz hasta un cerro cercano, donde estará hasta el año próximo. Pesa bastante, que yo también cargaba. Arriba a la izquierda está José María Bellido, el compañero mío en Arequipa. El cielo azul no volverá a nublarse en 9 meses

1 comentario

MANUEL -

Me parece interesante tu artículo.
Saludos a tu compañero Bellido.
Un abrazo