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vicenteperu

El que usaba mi nombre para manejar una cuenta con muchos millones

El que usaba mi nombre para manejar una cuenta con muchos millones

Queridos amigos.

Se va pasando el tiempo y no les escribo nada.

Empezaré por contar como han quedado mis problemas administrativos con el banco BBVA del Perú. Si lo leíste, hace tiempo contaba que al tener la doble nacionalidad peruano-española, me dieron el DNI correspondiente, que a los tres meses se me perdió. No sé si antes de que se me perdiera o después, intenté actualizar mis datos en ese banco para pasar del antiguo carnet de extranjería a un DNI peruano y me dijeron que no podían pues ya había otra persona que tenía una cuenta, con otra firma, el mismo nombre y apellidos y el mismo nº de carnet. Como era evidente que yo era yo y no el otro, me dijeron que lo iban a mirar para arreglarlo, que volviese dentro de unos días y luego otra vez y luego otra… lo que aquí le llaman “mecer” al individuo. En el Ministerio correspondiente me dieron un certificado de que en Perú no había nadie con mis mismos nombre y  apellidos y por tanto menos con mi mismo nº de DNI. Hice una reclamación en el banco. Luego puse una denuncia y con la copia de la denuncia hice otra reclamación al banco. Estas últimas cosas en el mes de octubre del 2012… y el silencio más absoluto.

Según mis investigaciones el que suplantaba mi personalidad era un apoderado de una empresa española que estaba construyendo una refinería de petróleo en la selva. Si piensas mal, el fraude les puede servir para blanquear dinero u otros pagos/cobros ilícitos. Una vez que levanté la liebre, si es que era un bandido, lo mejor que podía hacer era callarme, dándome un buen soborno, o por la muerte a manos de un sicario o, mejor todavía, haciéndome desaparecer con lo que seguiría existiendo un Vicente Guillén que nunca le iba a reclamar nada. En prevención del tema, y como casi siempre estoy en Arequipa, di instrucciones a todos los de la casa y a los vigilantes del parque para que si venia alguien preguntando por mí (y en especial si era un policía disfrazado) le dijesen que no estaba y que no sabían mi paradero.

Presenté una denuncia en una comisaría y los guardias me dijeron, es mejor que lo haga en la fiscalía de prevención del delito. Así lo hice y me la registraron adecuadamente incluso me enviaron un oficio diciendo que habían empezado los trámites.

Cinco meses después, hacia el mes de marzo me enviaron otra notificación diciéndome que se habían dado cuenta de que si era delito, ya lo estaban cometiendo y por tanto no era de su ámbito de prevención, sino de la fiscalía normal  de los delitos ya cometidos.

En esas me fui al organismo estatal que controla a los bancos y denuncié el caso. Concretamente denuncié que no habían dado respuesta a mis dos reclamaciones cuando tienen 15 días para hacerlo. Me atendieron y me dijeron los plazos de respuesta: antes de 15 días una carta diciendo que empezaban los trámites. A los tres meses de calendario otra en la que me decían como había quedado el tema, y los cumplieron.

El 31 de mayo me llega una notificación para que vaya a declarar ante la fiscalía penal. Fui, declaré y me marché.

Esa tarde me llega un correo de José Antonio Benito, desde Lima, diciéndome que había llegado una carta del banco en la que decía: “De acuerdo a sus escritos de fecha… hemos procedido a actualizar nuestros ficheros”. Lo comprobé y efectivamente ya figuraba mi DNI peruano.

Fui al fiscal y le dije lo de la carta y le pregunté si tenía interés en seguir la pista del caso por si le llevaba a algún delito importante. Entendí que no tenía mucho interés y como a mí ya no me causaba perjuicios la anterior usurpación de personalidad, hice el escrito correspondiente para cancelar la denuncia.

 

THE END = FIN

 

Conclusión: Montón de gestiones ante el banco y todos los demás sitios. Siempre todo el mundo muy amable. Sonreír ante las dificultades y las pérdidas de tiempo. Tristemente se acabaron las emociones de soñarme perseguido en un carro con los sicarios disparando sus metralletas.

 

En la foto estoy en una caminata al pueblo de Yumina. Parece que estoy contando un cuento de miedo, cuando el dragón está a punto de tragarse a la niña, pero en realidad estoy contando la historia del “Aviador de los Andes”. La primera de las historias del libro de las Colonias.

2 comentarios

MANNUEL GUILLEN -

Me alegro un montón. No por el temor a tu integridad, pero sí porque éstas cosas absurdas te pueden meter en un atolladero legal cuando menos lo esperas.
Conserva todo el papeleo y haz pruebas para comprobar que todo corre normalmente en el banco.Un abrazo

Felipe P. -

Que bueno que no buscaron los sicarios, bueno mal para ellos, de repente si te los encontrabas los evangelizabas y se convertían. Será para la próxima. Un abrazo.