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vicenteperu

MI NUEVA HABITACIÓN

MI NUEVA HABITACIÓN

Todo cae al fondo por su propio peso

Es una forma de decir que lo que pasa en todos los sitios, al fin también pasa aquí. Ya ha sucedido lo sensato. Vino por aquí mi “jefe”, que en realidad no es mi jefe sino la persona que vela por mí como si fuese mi hermano mayor y le ha parecido que la habitación que usaba era demasiado pequeña y me tenía que pasar a otra. Y la que mejores condiciones reunía para el cambio, era … LA GRANDE. En ella estuvo viviendo varios años, Manolito, el cruzado que falleció en Lima hace un año (Ahora acaba de fallecer otro, el tercero, el P. Ramón, de 92 años). Manolito pesaba más de 100 Kg. Era muy grande y la habitación también. Es la más grande de la casa con diferencia. Unas 6 o 7 veces más que la que tenía antes. Con una ventana al sol naciente y otra al poniente, baño incorporado y un armario empotrado de 4 puertas.

Lo que más la hacía acreedora para que me trasladase a ella es que está cerca de la puerta de la calle por lo que se puede estar al tanto de todo lo que pasa en la cas, en “MI CASA”, que me parece importante. La otra estaba bien al fondo. También está al lado del teléfono fijo.

En una sala muy grande, la mesa y la cama están como perdidos en la inmensidad. En la actualidad hay un par de armarios metálicos por en medio, que rellenan un poco el hueco y en cierto modo la parten en dos. También hay una pequeña librería de esquinera.

Me he traído todo lo que tenia la pequeñita de antes, que es todo lo que necesito, y lo he puesto en dos de las puertas del armario y me sobran las otras dos, todos los altillos, algún cajón y la mitad de la librería.

Los dos armarios metálicos no pintan nada en un recinto en el que todo es de madera y además están vacíos, así que seguramente los retiraré de ahí y en su lugar pondré una cortina que divida en dos mi salón de baile. Una mitad contendrá la ventana al este y la mesa y la otra: la ventana al oeste, la cama y la puerta del servicio.

Esta es mucho más cálida que la anterior (en Arequipa no hay calefacción) así que perfeccionaré un poco el método de aislamiento de las ventanas y punto.

El mayor problema de la pequeñita es que el espacio  reducido parece que ayuda a tener una mente reducida, sin grandes horizontes y que vivía muy apartado, como si viviese en la casa del vecino, y a mí me importa mucho mi casa. Lo de la mente reducida no se si me afectaría mucho a mis años. Ya soy lo que soy y no creo que varíe mucho. Ahora tengo las mismas cosas que hace un mes, pero más esparcidas.

Los últimos años de Burgos viví en una parecida de pequeña pero con la cama abatible. Por el día estaba recogida y parecía un armario. Yo trabajaba en la mesa y tenia los libros en la estantería de al lado y en otra aprovechando el espacio encima de la mesa. Por la noche se bajaba la cama y llenaba toda la habitación, sin siquiera poderme sentar en la silla para trabajar en la mesa. También tenía servicio y estaba tan cerquita que por la noche me daban ganas de ponerme del lado derecho y miccionar desde la cama, el único problema consistía en que, en estos casos, pasa como cuando se bebe en bota, que al final, al disminuir la presión sobre el cuero, en vez de un chorro que llega a la boca, van cayendo unas gotas a lo largo del recorrido.

¡A que te ha parecido cursi la palabra miccionar! Aquí la usan hasta los niños pequeños: “profesor, ¿puedo ir a miccionar?” Los niños de aquí tampoco tienen colita. Tienen pene o penecito.

Espero que estas cosas íntimas no hayan rebajado el estilo de este blog.

Moraleja: Antes estaba muy a gusto porque tenía todo a la mano y ahora estoy muy a gusto porque es el sitio   que Jesús, mi amigo Jesús, quiere para mí.

(Nota: Ya estoy intentando hacerme amigo de la señora de la limpieza para que me la limpie ella y no yo)

 

En la foto un aspecto parcial del rosario de la aurora que impulsamos este mes de mayo. Comparado con el de Burgos… Todavía no tengo ninguna de mi habitación

1 comentario

MANUEL GUILLEN -

Me ha gustado mucho este artículo, incluso el estilo literario.
Por añadir algo, a quien lo desconozca, me parece que los peruanos, en su delicadeza de vocabulario, a las "cacas" les llaman orines. ¿ Es así ?
Un abrazo fuerte