Blogia
vicenteperu

PAR FIN EN LIMA

Me han ido pasando muchas cosas, pero como despés habrá menos novedades, contaré ahora el viaje. Siento el retraso pero en realidad todavía no he tenido casi nada de tiempo libre con internet a mano.

POR FIN EN EL AVIÓN

Por fin este lunes 31 de diciembre cogí el avión para Lima. Lo de las maletas fue un show. Por fin tengo una fea y mala con 20 kg. Dos bolsas de mano (la mía y la de Fernando) con 10Kg cada una. Cuando tenía hecha la mía, me di cuenta de que como equipaje de mano no se pueden llevar líquidos, ni material electrónico ni nada, así que las cosas que pensaba llevar en las dos bolsas, las pasé a la maleta de Fernando. A las 10:30 quedamos en nuestra casa de Madrid y llegamos a Lima a las 2:30 de la mañana, hora española (las 8:30pm.  local) 14 de viaje de las cuales 12 fueron de vuelo en clase preferente. Como habían vendido billetes de más de clase turista, a algunos de nosotros nos pasaron a preferente. A mí me parecía una tontería eso de que haya gente que pague más para llegar al mismo tiempo, pero tiene su importancia. Loa asientos son más anchos, con mucho sitio delante para poder mover los pies y reclinarte y subir el reposa cabezas y la riñonera y una TV pequeña para cada uno con posibilidad de ver seis o siete vídeos… A nosotros nos salió gratis. La 12 horas de viaje no se me hicieron pesadas. Unos ratos charlando, otros mirando por la ventanilla, durmiendo, rezando el rosario, estudiándome el manual del portátil y de la cámara que me han regalado, haciendo zapping por las pelis de vídeo, comiendo… Pasamos por encima de Gredos, del pantano de Alcántara y de Lisboa, pero a partir de ahí se pusieron unas nubes y ya no vimos nada hasta llegar a Lima de noche. En ese momento pensé: ¿Qué haría un emigrante al volver a casa después de varios años? ¿Y uno que viniese a trabajar en una fábrica? ¿Cómo debo acercarme yo a esta tierra donde me quedaré a vivir? Y me puse a rezar avemarías y padrenuestros hasta que tocamos en la pista.

A la llegada al aeropuerto nos esperaba Darío, uno de la Milicia de Santa María de allí. Este es ingeniero informático y lleva 7 años trabajando.  Nos llevó al Hogar donde nos esperaban otros cuatro y fue agradable ver que tenemos igual mente para los chistes. Lo malo fue cuando dije de alguien que era un “pardillo”. No lo entendían. Así que cada vez que piense encasquetar el adjetivo tendré que sustituirlo por “ingenuo, que tiene pocas habilidades sociales”. Algo infumable. Si a alguno se le ocurre la palabra sustituta, me lo pone en los comentarios a este artículo. La temperatura es como en el verano burgalés, por el día con un chaleco y por la noche con jersey. Ahora son las 4pm. y hay 26 grados en mi habitación.

Después de las bromas y de la segunda cena, nos decidimos a pasar la última noche del año a nuestro estilo. Por fuera no había más que petardos y cohetes. Muchos petardos y muchos cohetes. Hacia las dos, ya fueron remitiendo. La gente joven, como en España: intentando ser felices intensamente y durante mucho tiempo. En realidad lo que hacen es divertirse un poco, sobre todo en el entorno del amor y de la bebida y como no consiguen que sea muy intenso, por lo menos lo hacen muy extenso. Siempre ha sido un poco defraudante, pero queda la ilusión de que “a la próxima quedará mucho mejor” para luego volver a repetir la sensación.

 

2 comentarios

Sara Renedo -

Hola Vicente. Me alegra ver lo animado que estás y espero que estos días, que son los más duros, todo te vaya bien, aunque con tu optimismo estoy segura de que así será. Yo creo que la palabra "pardiillo" deberás introducirla como nueva, sin ella no eres tú! Un beso, estoy atenta a tu blog para nuevas aventuras.

MANUEL GUILLEN -

Ya encontré tu blog, Marina me lo dió. Creo que ya te habrás dado cuenta que no hay que preocuparse mucho, pero qué duda cabe que es UN CAMBIO con mayúsculas. Para "pardillo" te pueden valer "zonzo" pronunciado "sonso" y quizás "boludo" aunque esto tiene un significado más amplio y me parece que más fuerte. Duro con ello, hermano.