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vicenteperu

En AREQUIPA

En AREQUIPA

Hola amigos: Ya estoy en el final de mi viaje. Este sábado llegué por la noche a Arequipa. En correos ya tenía esperándome un par de paquetes que me envié a mí mismo desde Burgos.

Antes de seguir contándoos cosas, deciros que Internet ya me funciona bien (salvo el correo) y que si alguno de los grupos de alumnos que he tenido quiere que les mande una carta, basta con que alguno me lo diga en los comentarios de este blog, indicándome un correo a donde enviarla. Yo estoy preparando una para los profes y luego otra para los otros amigos.

Como decía llegué el sábado 19 y el domingo 20 nos fuimos de caminata a conocer los alrededores. Estuvimos ocho en el pueblo de Quequeña. Empiezo por el viaje que es de lo más curioso. Como los de aquí no tienen coche ni furgoneta, montamos en una combi, que es un tipo de transporte público del que ya comentaré en otra ocasión. Nos alejó tres cuartos de hora del centro por el médico precio de 2,50 soles (4 soles = 1 euro). Nos dejó en un cruce de carreteras sin viviendas. Allí había varios taxis esperando para llevar pasajeros a los pueblos siguientes. Uno ya tenía dos o tres pasajeros, cogió otros cuatro de los nuestros y se fue. Nosotros montamos en uno pequeño. Casi todos los taxis de Arequipa y la mayoría de Lima, son de este tipo. No les veo la marca del coche por ningún sitio y se parecen mucho a los seat panda de antes, con cinco puertas y un motor sobredimensionado. Nos metimos los cuatro: uno adelante y tres atrás. Ya nos parecía que era más que suficiente. El señor nos llevaba al pueblo siguiente que era nuestro destino y cobraba 1,50 soles por pasajero, pero con cuatro ganaba poco y estuvo esperando un rato por si llegaba alguien más (que no fuese muy gordito). Como a los cinco minutos no llegaba nadie, se fue hacia el pueblo y enseguida se encontró una pareja en la carretera, se paro y les preguntó si iban a Quequeña, le dijeron que si y los montó: íbamos tres adelante, chofer incluido y cuatro atrás, chica incluida. Para respirar fuerte había que pedir permiso a los compañeros. A mitad del camino atravesamos un arroyo que estaba crecido. Lo hicimos por el método de vadearle, con el agua hasta los bajos del coche o más, pero el tío ni se inmutó. Llegamos a un pueblo chiquito con una iglesia colonial donde se acababa lo asfaltado.

Subimos a un cerrito y después nos dimos un paseo por las chacras (huertas), todas verdísimas bien regadas y  en bancales. Íbamos caminando hacia unas cascadas que anunciaban y ya nos estábamos encontrando con quebradas con un desnivel de más de 30m. y el rio que se oía próximo, estaba todavía dentro de otra quebrada o cañón En esto que se vino corriendo un señor, descalzo y con un machete enorme, para avisarnos de que era peligroso acercarse, porque se metía el camino en un valle angosto y en esta época de lluvias se producen crecidas instantáneas y se llevan a las personas, así que se lo agradecimos y nos dimos la vuelta para casa.

Para no alargarme y no aburrir, lo dejo aquí. La foto es de una calle cualquiera, un poco más llena de esos taxis chiquitos.

Todas las fotos están hechas con la máquina que me regalaron los profes del Insti.

Abrazos

1 comentario

SuSo -

te seguimos con frecuancia en tu bloc y te hechamos de menos. Te tenemso siempre en nuestras oraciones y te queremos muncho, Suerte y animo en tu nueva meta de predicar a Jesus. SuSo