ROSA TRUJILLO
El otro día conocí a Rosa Trujillo. Ya la había visto varias veces en misa. Es una señora, arrugadita como una pasa que está en un carrito de ruedas o mejor dicho en un sillón de plástico, de esos de los de los jardines al que le han puesto unas ruedas. Es la de la foto.
Al acabar la misa de 7 de la mañana, yo me quedé un rato dando gracias porque dentro de mí tenía de nuevo a Jesús. Luego me fui y en una fuente pública de la puerta me encontré con la señora Rosa. Estaba pegada al pretil. Había sacado un cubito de plástico como el de jugar los niños y en él tenía agua de la fuente. Metía la mano y se restregaba la cara como los gatos, para secarse utilizaba una bayeta agujereada. Yo me acerqué, la saludé y la di una limosna. Ella me lo agradeció pero enseguida se puso a contarme algunas cosas de su vida, a enseñarme su tesoro. Pensé que la gustaba que me quedase un poco y me senté a su lado. Tiene un carácter muy abierto, directo y alegre. Tiene un hijo y duerme en un sitio donde sólo le dejan pasar la noche. El resto del día está en los parques de la calle. Pero nada de eso constituye su tesoro, sino estas tres perlas preciosas.
Cierto día estaba rezando y quejándose a Jesús de que nadie la quería, de que estaba sola en la vida, que nadie la hacía caso y de pronto oyó una voz que por dos veces la dijo: “Yo si te quiero mucho y te seguiré queriendo”. Ella se quedó encantada y a lo que parece lo recuerda de continuo.
Otra vez, hace cuatro años, tuvo otra tarde llorona pidiéndole a la Virgen que se la llevase de este mundo, que quería morir y de pronto oyó otra voz, esta vez de mujer, que parecía salir de la imagen ante la que estaba y la dijo: “hoy estás aquí y mañana estarás con migo”. Volvió a quedarse en paz y encantada. Lo único que los hoy y los mañana de Dios no coinciden con los nuestros y en vez de morirse sigue viviendo con un único dolor, que todavía no se ha ido con Ella.
La tercera perla es análoga y la omito por razón de brevedad.
Como todos me preguntó:
-¿Es usted es español?
-Si
-¿Es sacerdote?
-No, soy profesor.
-Pues yo conozco a un doctor que también es español y que me atiende muy bien. Trabaja aquí cerquita, en el dispensario de la parroquia y es muy amable. Se llama Álvaro Susín.
De nuevo me relacionan con otro cruzado que vive en mi casa. Ya saben: “quien a los suyos se parece, honra merece”
Después he hablado con ella un par de días más, me contó que un señor de cáritas de Alemania la iba a regalar una silla de ruedas y alguna otra cosa más.
Ahora ya no voy a Misa a esa Iglesia y no la veo.
La foto corresponde a la que le hizo el doctor Álvaro para la petición del la silla. Tiene subidos los pantalones para que se vean las rodillas con artrosis.
Se pueden hacer muchas reflexiones a partir del caso. Hójala tenga más dinero, pero seguro que hay muchos ricos más infelices y además no tienen ningún tesoro como ella.
Por hoy, nada más. Un saludo muy entrañable a todos y felicitaciones para los que son papás o se llaman Pepes o Josefinas.
3 comentarios
Gonzalo -
Es broma, la verdad es que me dais envidia con tanta beca. Como dice Vicente ánimo y adelante.
Vicente -respuestas -
Ángel -