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vicenteperu

DE PUERTA A PUERTA

DE PUERTA A PUERTA

   Ayer domingo 8 de marzo estuve con Álvaro Susín haciendo puerta a puerta. Él tiene unos amigos en la parroquia de uno de los barrios más pobres de Lima y muchos domingos por la tarde se pasan un rato por las casas de la vecindad. Esta vez yo me sumé a ellos. Éramos 8 personas, los demás del barrio, todas de cuarenta para arriba salvo una joven. Nos pusieron por parejas y me tocó una bien agradable: la chica. Yo iba de pardillo. El jefe eligió una serie de calles e íbamos todos en grupo, pero de dos en dos, pasando por todas las puertas. Meses atrás ya habían pasado por la misma zona un par de veces.

   El primero al que visitamos era un señor mayor que estaba sentado en la puerta de su “casa”. Mi bella compañera nos presentó como un grupo de católicos enviados por la parroquia, por si nos permitía estar unos minutos con él. Nos dijo que sí y le leímos el evangelio del día, luego se lo comentamos y conversamos un poco. Nos dijo que era católico aunque casi nunca iba a la iglesia. Su casa era una de las más pobres de la zona. Las paredes eran de la famosa calamina, una especie de uralita pero de chapa delgadita. El techo, de lo mismo, y desde la calle se accedía directamente te a una amplísima habitación llena de muebles desvencijados y cachivaches. Vivía sólo y seguramente no tenía más que otra habitación igual de grande y eso era su cocina, su retrete, su alcoba y todo lo que hiciese falta.

   A continuación llamamos a otra puerta, la segunda. Yo seguía aprendiendo. Salió una señora joven y mi compañera le hizo la misma presentación, luego de forma directa la pregunto si su niña, una de unos 8 años que estaba por allí, estaba bautizada y la dijo que no, la invitó a que la bautizase diciéndola el horario de la parroquia para prepararlas, luego la preguntó que si estaba casada y tampoco, repitiéndole la sugerencia. A mí no se me habría ocurrido hacer estas preguntas tan directas a un desconocido, pero a ella, no sólo no la importó nada, sino que llamó a su cuñada, una guapetona que pasaba por allí, para que la preguntase lo mismo y con toda naturalidad se hacían estas confidencias. Para mí los niños son como una especie de tentación y a la que andaba por allí la empecé a hacer muecas, cuando se acercó más la guiñé un ojo y la pregunté si ella sabía hacerlo, ni lo sabía ni lo intentó, pero sí que tuve suerte en eso de mover la boca y poner una cara rara. Un par de amiguitos se acercaron y les fui preguntando que películas veían y a qué les gustaba jugar. Como estábamos en algo de iglesia, les pregunté si sabían rezar el Padre Nuestro. Una a medias y los otros dos, poco. Probamos a rezarlos los cuatro juntos, luego les hice alguna otra cosa curiosa y con esto se acabó la conversación de mi compañera con sus madres y nos fuimos.

   Charlamos con otros varoncitos de unos 12 años que estaban jugando a la peonza y les regalamos un par de folletos. Luego pasamos por unas señoras que estaban sentadas a la puerta de su casa. Mi compañera entró en directo y parecía que ellas lo estuviesen esperando porque la primera, que tenía a su hijito sentado en sus piernas, nos preguntó  que tenía que hacer para confirmarse. La otra había estado con un caballero, pero lo dejaron hace 30 años y ya llevaba 20 con otro y quería casarse.

   Después pasamos por una taberna, que aquí casi sólo sirven para emborracharse a base de cerveza. Había un par de jóvenes de unos 20 años y estuvimos un rato hablando con ellos. Esta vez fui yo el que llevó la voz cantante y fui mucho menos incisivo. No puedo eludir el que todavía tengo mentalidad española.  Y así fuimos siguiendo durante hora y media.

   Como soy un poco bruto no soy capaz de sacar muchas conclusiones, únicamente al asombro al ver  la tranquilidad con que se contaban las cosas más personales, la buena recepción por parte de todos y la pobreza de las casas.

   Cuando salimos de la zona me contaron que era una de las peores de la capital, de esas donde no conviene entrar solo. A mi me recordó un poco el barrio de Toledo donde viví de niño y donde Dios contactó conmigo de forma muy potente. Muchas de las casas eran de sólo una planta, como la indicada anteriormente, con el suelo de tierra apisonada. La mayor parte de esas calles también eran de tierra. Las paredes, tal como las he descrito. Hay que tener en cuenta que aquí no sirven para aislar del frio, que no hace, sino para preservar la intimidad y saber que hasta aquí llega la casa y empieza la calle. Muchas televisiones eran en blanco y negro y aunque aquí hay mucho robo, las puertas eran endebles. No había nada que robar y además los ladrones son los de la casa de en frente, que son amigos.

   Por último hablamos con una señora muy obesa y nos contó un par de “regalos- milagro” que le habían hecho el Señor de los Milagros y la Virgen del Carmen. Aunque tenía tres hijos, nunca estuvo casada, sólo “arrimada”, pero Dios quiere a todos y a cada uno nos atrae hacia Él como puede, aún a costa de milagros.

   Ahora algo del resto de mi historia: los quince días anteriores los pasé en Arequipa, donde di dos tandas de ejercicios y me trataron todos muy bien. Un poco adelantado celebramos mi cumpleaños con tarta. Luego en Lima lo volvimos a celebrar, en su propio día siete, con más amigos, una canción que inventaron para mí y otras lindezas.

   En la foto un barrio de Lima, más moderno y en la falda de un monte. El mío estaba en llano. Aquí todo está lleno de unas montañas bien empinadas, como la de la foto, que simplemente llaman cerros.

 

4 comentarios

Ricardo -

Hola vicente.
NO me puedo creer que fueses de pardillo de casa en casa. COn las veces que te he visto yo haciendolo cuando haciamos alguna peregrinacion por Burgos. Por aqui para darte un poco de envidia, hace 15 dias estuvimos con el grupo mas viendo en un observatorio astronomico que han puesto en el paramo de la Lora. Solo dio tiempo a ver un par de cosas, saturno y la nebulosa de orión. Todos nos acordamos mucho de ti, porque ese tema sabemos que te encanta... pero vamos que teníamos por alli a Angel que suplia el hueco jejeje. se ve que lo enseñaste bien. Como nota te diré que fuimos 16. Por cierto, me han dado la beca de mexico asi que con un poco de suerte antes de que acabe el año nos vemos. Un abrazo

Vicente -respuestas -

A Gonzalo: al principio si que paractique lo de la galleta un par de veces, pero no funcionó nada porque aque se llaman cachetadas.
Álvaro: me alegra mucho saber de tí. Me gustaria saber si el Alberto que fué con vosotros a la javierada es mi amigo de siempre.
Jesús me jaló hacia Él a los 15 años con eso de los scout que alguna vez me habrás oido, desde entonces he tenido una vida preciosa, aunque con problemas.

Gonzalo -

No habrás dicho a algun niño q si le gustan las galletas no? Espero q no xq eso es arriesgarse mucho... jejeje

1 saludo

Alvaro -

Hola Vicente, es la primera vez que me animo a escribirte, aunque sigo asiduamente el blog. Por lo que leo cada dia en Peru tanto en Arequipa como en Lima es una sorpresa y es como si fueras el alumno nuevo de la clase, pero bueno son cosas que ayudan a superarse y a ser humilde y dejar que los demas te enseñen. La verdad es que tu labor me fascina y me alienta a ir un verano por esas tierras. Sin mas te felicito por tu cumpleaños aunque fue el sabado, pero estuvimos haciendo la Javierada que por cierto estubo muy bien.