PADRES Y COLABORADORES

La semana del 8 al 15 de agosto la he pasado en Arequipa. Luis Ancco tenia prevista una reunión con los padres de los jóvenes para el miércoles y quiso que dirigiese yo la actividad. Queríamos  hablar de algo que les entiesase a los Padres y pensamos “cómo conseguir dialogar con los hijos” era el tema adecuado. De niños es muy fácil, pero de adolescentes es difícil, aquí menos que en España, pero siempre difícil y sin embargo muy interesante para la adecuada maduración de los hijos. Hace poco, en unos carteles del Ministerio sobre la prevención y tratamiento de la drogadicción, insistía en la importancia de este diálogo entre padres e hijos. 

Aparentemente a los hijos les importa poco, pero lo añoran. A los padres les importa mucho, pero con frecuencia no saben como conseguirlo. Lo más difícil para ellos es hablar de cosas y cuando lo consiguen, no perder la identidad de padre, ni pasarse de autoritario.

Me hice un esquema, dí vueltas al tema, me busqué varios ejemplos, que en mi forma de pensar los ejemplos son esenciales, hasta que me decidí por algo audiovisual. Me monté una conversación entre una madre “policía” y su hijo que es normal (buena persona, de los que van por el hogar)  y que ese fin de semana quería ir por primera vez a la fiestecita del cumpleaños de su amigo.

Luego grabé el de una mamá comprensiva con su hijo, en las mismas circunstancias. Como es habitual lo preparé en el último momento “por las muchas cosas que tengo que hacer” y porque no soy capaz de hacerlo mejor. En la grabación, la voz del joven era la mía y la de la mamá, también. La parte visual consistía en dos fotos de desierto para la primera parte y otras mas alegres para la segunda.

Resultado: muy bueno. A pesar de la sencillez del montaje, las mamás ni pestañeteaban. Iban escuchando los detalles de como se hacía mal para no caer en el error y luego los de la forma adecuada de hacerlo. A pesar de que la mayoría eran mujeres, no decían ni una palabra. Yo iba parando el diálogo e intercalando comentarios. 

Sólo hubo un problema: como saben vocalizo muy mal y en la primera parte estuve al tanto de pronunciar lentamente y se me entendía bien, pero en la segunda me “emocioné” a la hora de grabarlo y no se me entendía nada, así que tuve que fabricar el diálogo en vivo y en directo.

 

El sábado 15 fué el aniversario de la fundación de Arequipa y hubo gran fiesta, con una cabalgata preciosa, del tipo de la de las peñas de Burgos en la fiesta de San Pedro, solo que con pocas carrozas y muchos grupos folclóricos de muchos sitios, incluso de otras regiones de Perú y del extranjero. Es un espectáculo de luz, danza y colorido. Yo estuve con otro cruzado y dos militantes mayores. Alquilamos unas sillas por 5 soles cada una y allí nos sentamos. Desde las 11 de la mañana hasta las 7 de la tarde. El otro cruzado se fue a las dos horas, pero nosotros nos quedamos hasta las 6. 

Además de la fiesta cabe anotar el tema de la gastronomía. Como la economía de aquí es baja, lo de comer suele ser algo de poca consistencia y para lo que se ingiere, no importa mucho perdérselo. Como ninguno habíamos llevado bocadillo, pasamos estoicamente todo el tiempo sin nombrar nada del hambre, por si acaso. (La verdad es que el estómago no me reclamaba nada, pero cuando me quedé solo, me compré un paquete de galletas)

El lunes 17 también fue fiesta y me fui con el mini grupo de matrimonios colaboradores de aquí a tener un retiro. Lo hicimos en un campo verde, con sol y unas vistas preciosas. Con ese retablo, no hacia falta decir nada. Una mamá se encargó de hacer la comida de todos. En ese día de fiesta nos trajo para cada uno una tartera llena de unos tallarines con queso estupendos y punto. Mucho de eso y sólo eso. 

En la foto, algo de la cabalgata. Unas señoras de la Sierra (4.000 m. ) con bombín