De nuevo sobre los sacerdotes pederastas
Acabo de leer que hay un sacerdote europeo acusado en 1982-83 de tres abusos sexuales, que lleva 20 años residiendo en Perú y que según dicen las autoridades civiles de la zona está realizando una labor estupenda. En su tiempo el obispado había indemnizado económicamente a la víctima de forma generosa. Ahora reabren el caso y…Este no es el único ejemplo pero baste el dato para un par de reflexiones personales.
Es muy triste el caso de sacerdotes que abusan sexualmente de jóvenes. Es muy triste el caso, unas 1000 veces más abundante, de padres o familiares que abusan sexualmente de sus niños. (En Estados Unidos el 22% de las chicas dicen haber sufrido abusos sexuales en su infancia y el 11% de los chicos y los autores suelen ser personas de su entorno familiar y las proporciones en España son algo más bajas pero parecidas, dato de wikipedia). Los asesinos de la ETA, están a lo sumo 30 años y salen libres y sin posibilidad de echarles nada en la cara (suelen salir mucho antes) y así sucesivamente. No se lo que dice la ley civil ni eclesiástica respecto a la prescripción de estos delitos, pero a mí me parece que es como la CAZA DE BRUJAS de la Edad Media. No solo lo de “o todos o ninguno”, sino que el acoso de los curas, me parece muy excesivo.
Ahora va la segunda parte. Si yo fuese un padre de familia totalmente ortodoxo y uno de mis hijos hace cosas de estas, aunque me acarreen unos perjuicios inmensos, ¿le borro de mi apellido, le desheredo, si estaba trabajando en una empresa mía le echo a la calle sin indemnización? No actúa así un padre. Si a mi obispo se le diese un caso de estos o de otro tipo asimilable, me gustaría que le tratase como lo haría un padre del sacerdote y de los feligreses. A parte de la sanción legal civil correspondiente y de la canónica, me gustaría que no le despidiese sin trabajo y sin seguro de desempleo, sino que le ayudase de forma efectiva a seguir viviendo dignamente alejado de los riegos de hacer mal a los feligreses, aunque fuese trabajando en alguna oficina como empleado vulgar y corriente, ¿o es que en las oficinas de los obispados no hay ninguna persona seglar que sea conviviente y ningún homosexual? Me parece muy bien que una parte del dinero que doy a la Iglesia, y yo si que lo doy, también se dedique a estos menesteres, evidentemente con la debida prudencia.
0 comentarios