YA VI ESTRELLAS
En la foto la nebulosa Trifida, de Sagitario
UNA NOCHE DE ESTRELLLAS
La verdad es que he ido perdiendo mucha “forma”. En otros tiempos me habría estudiado las diversos objetos messier que se podrían ver, nebulosas, constelaciones, … Sin embargo esta vez fui con las manos en los bolsillos por la falta de preparación.
Yo había invitado a tres jóvenes que por distintas circunstancias no pudieron ir. Mi amigo Dante si que aportó dos invitados una amiga suya que al igual que él se sabía todo (me recordaba mucho a mis dos compañeras de estrellas de Burgos) y su hijo. De entre los cinco coches de su garaje eligió el más adecuado, uno con cabina ancha, suspensión a prueba de caminos malos y una caja inmensa para llevar todo y nos lanzamos a la carretera.
Tras media hora de circular por una carretera asfaltada y otra media por trocha, llegamos a su chacra (huerta) a 3.000m sobre el nivel del mar. A esa altura no se hielan los suspiros por que estamos en la zona ecuatorial. Empezamos a montar el instrumental: una especie de prismáticos de más de un metro de largo que aumentaban suficiente pero además tenían mucho campo (se veía un trozo muy grande de cielo y casi daba sensación de volumen), unos prismáticos recién comprados de tipo grandísimo, con soporte parecido al trípode de las cámaras de fotos y un telescopio del tipo tubo largo que se mira por atrás (refracción) Lo máximo a que se puede llegar sin usar motor ecuatorial. En cuanto los instalamos, yo hice de alumno y ellos me fueron enseñando todas las maravillas. La Cruz del Sur, la Pequeña Nube de Magallanes, Nebulosa de Orión, el Joyero, el cúmulo cerrado de no se qué, el abierto de otro sitio, el Saco de Carbón, Saturno, Marte, y … Luego lo que se sabían los incas, que se fijaban en las partes negras del cielo y no en las brillantes y así sacaron un llama seguida de un pastor que la espanta hacia donde debe ir.
Cuando habíamos visto las cosas más importantes del cielo visible, nos fuimos a cenar en espera de que girase un poco y se viesen estrellas nuevas. Nos pusimos a charlar y comer en la cocina de la casa del labrador – guarda y nosotros cuatro más él, pasamos un buen rato. A las 10 salimos de nuevo y ya había otros espectáculos nuevos en Scorpio y la Tetera (Sagitario). Nos pusimos a ello y menos mal que a las 11:30 salió la Luna, que si no nos pasamos allí toda la noche.
Vuelta al carro, vuelta a casa y a las 2am. ya estaba acostado.
Propio del hombre es pensar y comparar con lo de España:
Dante y su amiga, sabían mucho más que yo en mis mejores tiempos.
Pasé menos frío que en las salidas nocturnas de Burgos.
No hablamos nada de Dios. Mucho rato sin tratar de un tema tan querido se me hace extraño.
Hombre sencillo y con plata: admirable.
¿Y el cielo? … Precioso.
4 comentarios
Manuel -
Un abrazo HERMANO.
Angel -
Vicente - Respuesta -
Ese es uno de los límites de la astronomía aficionada. Nuestro ojo es como una cámara digital que le va llegando luz a las diversas células fotoeléctricas y 16 veces por segundo revela la foto formada, por lo que siempre el tiempo de exposición es de 1/16 segundos. Con las cámaras normales puedes tener abierto el obturador durante 2 o 3 minutos y todo ese tiempo le llega luz a la misma célula fotoeléctrica y aunque sólo le llegase 1 fotón por cada segundo, en mi ojo no llegaría a verse nada y con la cámara le llegaría suficiente luz como para verse ese pixel.
Es muy triste la realidad.
Luego está el tema de los aumentos de un telescopio chiquito y de otro grande
Ricardo -