LOS CHISTES DE MANOLO (y su pedagogía y su pobreza)

En una pequeña cartera tenía dos tarjetas de crédito (una sin plata, la otra no lo sé pero creo que tampoco) y una hoja vieja y doblada con estos chistes que supongo usaba para amenizar las clases cuando no se le venía a la memoria un chiste fresquito, sin enlatar.
¿Qué le puedes quitar a diecinueve para que de veinte?
XIX Quitar I queda XX
Animal que es dos veces animal
El gato, además araña
El hueso que no se enfría ni cuando estás muerto
La tibia (hueso de la perna)
¿Puede verse alguna estrella de día?
El sol es una estrella
Puede un hombre casarse con la hermana de su viuda
No, porque está muerto
Hasta donde se puede entrar en un bosque
Hasta la mitad. A partir de ahí estás saliendo
Libro donde el final está antes que el principio
El diccionario
¿Que se lee igual de atrás adelante y viceversa?
Oro, asa, oso, aérea.
Tenga las 5 vocales: Murciélago
Tenga las 5 íes: Dificilísimo
Animal que al morir cambia de nombre
Pez pasa a pescado
El otro día me dio el pésame el párroco. Desde que vino a Lima hace tres años, él daba clases en el colegio de esta parroquia de los Agustinos Recoletos. El sacerdote me contó que los miércoles tienen un acto formativo común. En el patio del colegio, alguien les da una pequeña charla de valores humanos o cristianos. Las suelen dar los padres de la parroquia, pero algunas veces la dan los profesores y dos o tres días al año le tocaba a él. Al principio pasaba desapercibido, quizás por su manera de hablar un poco peculiar pues era algo tartamudo, pero enseguida les empezó a “enganchar” a los chicos y cuando acababa le aplaudían, cosa que no pasa con ningún otro profesor ni sacerdote.
Creo que ya conté que era muy apreciado por los alumnos, por su tranquilidad, porque cuando no presentaban un trabajo a tiempo les daba más plazo, porque se reían con él porque hacía algún chiste en la clase y entiendo que porque aprendían bien.
En casa no era el que más chistes contaba, pero cuando lo hacía, se lucía. Buenos y bien contados.
Nota sobre su pobreza.
Sus gastos eran mínimos, fundamentalmente las medicinas que compraba (la aspirina de 100mg. para la no coagulación de la sangre y algunas otras pastillas eran las caducadas que le regaló un doctor amigo). Su herencia. Nada. Podemos precisar un poco más: en su habitación tenía una computadora, un par de estanterías amplias llenas de libros profesionales y otra de otros más espirituales, de temas personales y los particulares de los cruzados.
En cuanto algo económico o traducible a dinero, el sistema obligatorio de pensiones de jubilación del Perú tiene una opción, que es la elegida por él, en la que la empresa te va depositando un cierto dinero en una cuenta especial y cuando te jubilas puedes elegir que te den todo junto o por meses o en alguna otra modalidad, pero siempre todo y solo el dinero que te ingresaron más sus intereses. Esa será su única herencia material. Es un pobre al estilo cruzado.
En la foto, Manolo disfrazado de Juan Pablo II en un festival de Porma, hacia el año 1980. También se ve al Padre Morales, a Avelardo, al P. Eduarod laforet, el primer fallecido en la Cruzada
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