MÁS SOBRE EL CAMPAMENTO
Queridos amigos:
En mi viaje a Madrid estoy unas 10 horas de escala en Guayaquil y como no tengo teléfono, el tiempo da bastante de si. He podido escribir un par de artículos para el blog. Uno le inserto ahora y el otro lo pondré otro día. Ahí va.
Ya he puesto en el blog un par de comentarios de otros sobre el campamento de Arequipa que se celebró en el pueblo de Uchumayo. Ahora voy a hacer el mío:
En el campamento estuvieron15 jóvenes de Arequipa, tres de Lima y dos jefes (Luís Ancco y yo) más Juan Luís Benito que estuvo de cocinero.
Ya aprendí de Javier Segura que las actividades dondes se unen provincias suben más el nivel que cuando está una sola y efectívamente resultó la idea.
Poor supuesto que el tema nos es caro a los cruzados pues el viaje es de casi 1.000Km de distancia y ya se sabe que como la gente es humilde, hay que subvencionar, es decir aportar bastante de nuestros sueldos, pues los de aquí, también aportan, pero poquito. Por esta misma razón nos fuimos en el transporte más barato: un bus que hadce el recorrido en 19 o 20 horas, con al menos tres películas en el camino. Evidentemente con un contacto de proximidad con el Perú profundo.
En el bus íbamos los tres militantes, Juan Luis Benito y yo. A la hora del rosario pensó invitar a los que estaban en el entorno. Cada militante fue dirigiendo un misterio y cuando a mí me tocó el cuarto, me levanté para que se me oyera y vi que estábamos rodeados de niños: la tentación. Lo poco que quedaba lo hice interactivo, por razones de brevedad omití las letanias y luego hice un concurso en tre ellos, comn pruebas y preguntas de diversos tipos. Uno de los militantes me pasó una bolsa de manís y entonces cobró vida, pues había premios. Sus familias estaban mirando y encantados. Eran niños que viajaban con su papá o mamá a Arequipa a un evento deportivo. Cuando ya iba decayendo el tema llegamos a donde paraba para cenar. Se suspendió todo y al regreso al bus tenían sueño.
A la llegada a la ciudad, nos fuimos diréctamente al Hogar y de ahí al campamento de invierno en la casa parroquial de Uchumayo. Arequipa está diez metros antes del Paraíso, que po cierto debe estar en esa dirección pues el pueblo sólo está a cinco.
Armamos 4 escuadras de al menos 4 miembros cada una, por el método de las colonias. Yo me llevé a todos a enseñarles el entorno y cuando acabaron de hacer el encuadramiento, volvimos y sin ningún tiempo muerto se encontraron encuadrados y empezando la actividad.
Como estamos en el invierno autral y Arequipa está a 2.300m sobre el nivel del mar, durante el dia hace un sol radiante y la temperqatura sube a 20º, y por la noche baja de cero con lo que el dormir en carpas era difícil y más con el material defectuoso que tiene la mayoría, por lo que usamos las habitaciones de la casa para doormir la mayoría, para la asamblea de la tarde, la cena, el “fuego de campamento” etc.
Al lado de la casa había una cancha de futrito donde se podía jugar y un poco más allá un arrollo (el que salía del Paraíso) a donde nos íbamos a bañar. En la foto se ven sus verdes riveras y el contraste entre el color de mi piel y el de la de los muchachos de por aquí. (Por cierto, aquí es al revés que en España, el tener la piel blancucha es un honor)
Todas las tardes tuvimos muestra marcha de preparación y su reunión de familia. Tres días tuvmos reunión de jefes de escuadra, llegamos a plantearno y algunos a vivir lo del autocorrectivo y tuvimos nuestro día de la Virgen con su caminata de todo el día, que más que un esfuerzo fue un regalo a los sentidos: un arrollo con vergel y sol en medio de un desierto de piedras volcáicas.
En la casa parroquial vivían dos personas: el sacerdote y un laico comprometido que le ayudaba. Para dejarnos sitio, el señor se fue a vivir a un piso que tenía y nos dejó libre su habitración, más otra que estaba reservada más el salón de la tele (que no encendimos ni siquiera lo deseamos). Es decir nos dejaron todo libre para maniobrar mejor. Eso es generosidad. Por si fuera poco el sacerdote se las ingenió para decirnos misa todos los dias, aunque tuviese que binar o trinar y en lo material, como criaban cuys, mataron 9 de ellos y nos invitaron al plato típico arequipeño: cuy chactao (machacado con una piedra).
Ha sido el mejor campamento de los cuatro que llevo en Perú, aunque no hemos llegado al nivel de alguno de los históricos.
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