Tarde de oración por los hijos.
En Lima han empezado una bonita iniciativa: En una reunión con padres, Celestina, nos contó su experiencia, que resumida dice que ella estudió obstetriz y se casó con un médico y le pareció que era interesante eso de ganar dinero y se dedicó a ello con notable éxito teniendo incluso una pequeña clínica propia. Tuvo tres hijos y cada vez ganaba más y le iban peor los hijos, el marido, lo de la religión y lo de la felicidad, hasta que se convirtió de católica en católica. Le dio una patada a la plata y se puso a arreglar la familia y para conseguirlo empezó por rezar. Rezar por ellos. Y está encantada con los resultados.
Al hilo de su experiencia fueron saliendo otras mamás a las que les interesó la idea y quedaron en reunirse una vez al mes para suplicar a Dios por sus hijos.
El primer maratón de oración fue el pasado miércoles en el hogar de 4 a 6 de la tarde. Difundimos un poco el acto y fue un éxito, pues aparecieron unas quince mamás y dos papás. Yo estaba asombrado pues como soy un poco ateo, no creo demasiado en lo de la oración, pero si que resultó al menos en la convocatoria.
Como era la primera vez, no sabían muy bien lo que había que hacer. Cuando llegaron todos, sentados en círculo empezaron a presentarse, primero la organizadora que contó lo que dije antes solo que mejor. A continuación habló otra, totalmente nueva, que se soltó un rollito precioso y más largo. La jefa cogió al aire la idea. Era algo precioso pero que llevaba tiempo, así que dijo que todos los días empezaríamos con el testimonio de alguien, pero sólo de uno. Los demás simplemente decían su nombre con una levísima glosa.
Con eso se fueron a la capilla y estuvieron unos tres cuartos de hora, no se lo que hicieron pues yo me salí. Se que entre otras cosas utilizaron el evangelio del domingo y el rosario. Todo terminó con el austero compartir de una gaseosa y un pequeño trozo de bizcocho. Todos a casa y todos tan contentos.
¿Y Jesús? ¿Qué pensaba? Seguro que estaba encantado y le daba el fruto a sus esfuerzos. Y a mí, espero que me de más fe, que se lo pido con todo el alma.
Alguna nota. Yo colaboré difundiendo la idea entre algunas madres de militantes.
Todos fueron peruanamente puntuales. Las casi 20 personas que estaban llegaron en solo diez minutos de margen entre el primero y el último de ellos. Se había convocado a las 4 y los primeros llegaron a las 4:30 y los últimos a las4:40.
La foto corresponde a una cumbre intermedia de la caminata del artícula anterior.
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