En Arequipa con niños huérfanos
Te copio una carta que acabo de escribir al grupo de universitarios y amigos que ha estado viniendo con migo a un alvergue de niños huérfanos de Lima.
Querido amigo:
Ahora estoy más en Arequipa que en Lima y no se bien como quedará lo de ir yo al puericultorio Pérez Araníbar, aunque intentaré ayudar al grupo que ha seguido manteniendo las visitas. En todo caso, aquí también hay desgracias y el viernes pasado estuve en uno de Arequipa. Este es de una asociación católica que trabaja mucho con la gente humilde y es un más pobre que el de Lima. Estos no tienen subvención del estado (de los impuestos de todos los peruanos) y viven de la ayuda de las ONGd, sobre todo extranjeras, estirando los donativos con su propio trabajo. Es mucho más pequeño, con unos 35 niños, de los que en la actualidad unos 15 están de vacaciones porque tienen algún tipo de familias a donde pueden ir. Fui con un amigo de la Milicia de Santa María, que es como se llama el grupo al que pertenezco y estuvimos haciéndoles juegos, alguna cosa formativa de valores y después les conté un par de leyendas. Como todavía no se me ninguna buena peruana, les conté la del Puente del Diablo de Segovia adaptándola al Puente del Diablo de Uchumayo (Arequipa) y la del Monte de las Ánimas sin adaptar. Las dos son del famoso de Gustavo Adolfo Bécquer. (Si tienes alguna de estas tierras que sea bonita, me la puedes enviar).
Una amiga que trabaja en la Garcilaso me había dado 300 soles y yo se los entregué a ellos. Una parte en efectivo y como les gustaba que algo fuese más tangible le compré galletas y un par de pollos para echarlos en la sopa. Eso es lo que intenté, pero no encontré tienda de pollos por los alrededores, así que acabé comprando cuatro kilos de huevos a una señora muy honrada y muy voluminosa. Las dos cosas mucho.
Había un muchacho que tenía guardado un libro debajo de la casaca, con mucho cuidado. Le pregunté de que se trataba y me lo enseñó: una historia universal. Como pienso ir alguna vez más le buscaré otro de ese tipo para que pueda seguir leyendo.
Fui allí porque conozco a un universitario, huérfano, que vivía esa casa y cuando fue mayor, no le echaron, sino que le pagan sus estudios. Por supuesto que en esta pequeña familia, los más grandes apoyan a los más pequeños y eso es lo que hace mi amigo, junto con otros mayores universitarios que están en situación parecida.
Al final, mi amigo rodeado de unos cuantos pequeños, me enseñó la casa, y al llegar a sus almacenes se empeñaron en darme algo, así que me llevé una pastilla de jabón de donación canadiense que he empezado a usar de inmediato. Me gusta ser agradecido. Creo recordar que ni los almacenes ni la cocina tenían llave, eran de todos.
Espero ir en febrero con más gente.
En cuanto organicemos algo por Lima te escribo.
Un recuerdo muy especial para las dos profesoras, para mi amiga del donativo y para las muchas personas que vinieron con migo, que sería muy largo poner sus nombres, pero que me acuerdo de todos. El que les quiera mucho, no llena sus estómagos, ni sirve para aprobar los cursos, pero es cierto y además espero que les agrade volverlo a oír. (En teoría me es muy fácil porque Jesús me amó y nos ama mucho mas a todos)
Abrazos
Vicente
Nota: Cuando estaba en España aprendí lo que significa la d de ONGd. Significa ONG dedicada al desarrollo y sirve para distinguirse de las que se dedican a la política que es otra cosa. Las ONGd dan plata de los bolsillos de unas personas para la gente necesitada. Algunas de las otras se acogen bajo el manto de las mismas siglas y quieren parecer lo mismo de benéficas, pero son otra cosa.
En la foto, mi amigo organizando un juego con los muchchos. Los que han hecho cosas de estas, saben que no es nada fácil conseguir que todos te atiendan. Enseguida te contaré cosas de mi apostolado en la Milicia. Las emociones
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